El fuego como agente de cambio en la naturaleza, ha estado siempre presente en nuestra tierra. En algunos casos contribuye a renovar y conservar muchos ecosistemas de diferentes maneras. Por ejemplo, elimina el exceso de maleza, limita la propagación de enfermedades entre las plantas, facilita la liberación de nutrientes hacia el suelo y promueve la regeneración natural del bosque.
El problema surge cuando los incendios dejan de ser un factor natural para pasar a tener un origen antropogénico, es decir, por la actividad humana. En este sentido, la ciencia se ve obligada a estudiar los incendios forestales a través de la ecología del fuego.
En la Facultad de Ciencias Forestales (FCF), el doctor Marco Aurelio González Tagle estudia el Manejo integral del fuego en los bosques de la Sierra Madre Oriental. El término se refiere a comprender el papel ecológico del fuego, comprender las causas que determinan la cantidad de fuego en cada ecosistema, el buen manejo del fuego que consiste en una serie de actividades planificadas con el propósito de prevenir, evitar, mitigar o remediar los efectos negativos de los incendios forestales mediante acciones de restauración en los ecosistemas afectados.
Los incendios forestales son sumamente variables, sin embargo se han distinguido tres tipos que implican diferentes daños en los ecosistemas: los superficiales, donde el fuego consume los combustibles que se encuentran sobre el suelo como hierbas, hojarascas y leñas sin quemar todo el cuerpo de un árbol; los subterráneos, el fuego quema el mantillo y raíces bajo la superficie del suelo; y por último, los incendios de copa, en los cuales el fuego consume prácticamente los árboles.
El Dr. Marco A. González comenzó en este tema al ver afectado su objeto de estudio por un incendio en el año de 1998, tiempo en el que se presentó una gran cantidad de éstos por todo el mundo.
“Me enfoco principalmente en dos líneas de investigación: el régimen histórico de incendios forestales en los bosques del noreste de México, la cual evalúa el impacto que se desprende de los incendios y la dinámica de regeneración y restauración del bosque después de un incendio forestal”, narró el investigador de la FCF.
Como parte del estudio del fuego se realizan, por ejemplo, cronologías que datan la fecha precisa en que aparecieron los incendios, con el objetivo de determinar si un bosque estuvo bajo la presencia del fuego históricamente.
“A través de estas cronologías podemos detectar cuándo ocurrieron los incendios forestales, mediante la evidencia que queda registrada en los árboles. De esta manera, he realizado un estudio cronológico en la Sierra de Chipinque y nos dimos cuenta que los incendios estuvieron presentes desde el año 1868 hasta la fecha; pero con la presencia humana y los efectos ocasionados por el cambio climático la probabilidad de aparición de los incendios actualmente en este bosque ha aumentado”, comentó el doctor Marco A. González.
Con estos datos nosotros los investigadores podemos observar características como magnitud, severidad y la dirección que presentaron los incendios en el bosque, ya sean éstos naturales u ocasionados por descuidos humanos.
“Algo muy interesante es que los árboles guardan la evidencia de cómo pasaron los incendios forestales, la frecuencia y la dirección de donde provinieron. Todo se puede reconstruir y para eso nos valemos de inventarios en la vegetación”.
Actualmente, los incendios forestales están altamente relacionados con las causas de la deforestación y la degradación de los ecosistemas. El origen de los problemas generados por los incendios radica fundamentalmente en la irresponsabilidad de algunas personas, ya que el 90% de los incendios forestales ocurridos a nivel mundial, son provocados por el hombre.
“Pero hay que tener cuidado, cuando quitamos el fuego en un bosque que depende de la presencia de éste, es muy probable que se acumule demasiado material combustible forestal en el suelo, cambie la composición de especies y tengamos incendios de grandes magnitudes y difíciles de controlar. Como ejemplo tenemos las constantes y exitosas supresiones que se dieron en California (E.U.A.) a lo largo de cien años, lo que ha ocasionado que ahora los incendios forestales sean prácticamente imposibles de controlar”.
Posterior al incendio, se realizan acciones de restauración como reforestaciones, cierre de caminos o senderos que se abrieron temporalmente para abatir los incendios forestales, entre otros. Los trabajos se complementan con actividades de conservación y protección de suelos.
“Delimitamos la severidad del incendio de acuerdo a las áreas dañadas, para así priorizar las áreas con requerimientos de acciones inmediatas de restauración y/o rehabilitación. Además realizamos procedimientos de protección del suelo para que éste no se pierda y sea posible el establecimiento de la vegetación”, agregó el investigador.
Finalmente, todo este trabajo que realiza el Dr. Marco A. González en torno a los incendios forestales, tiene como objetivo proteger los ecosistemas terrestres y los servicios ambientales que nos proporcionan, así como buscar estrategias que ayuden a salvaguardar los recursos forestales y naturales.
Actualmente el doctor Marco A. González Tagle trabaja en conjunto con la Comisión Nacional Forestal y el Gobierno del Estado de Nuevo León, para dar asesoría en el manejo integral del fuego, determinando acciones para la prevención de incendios forestales, sistemas de cálculo del peligro de incendios y alerta temprana, tratamientos del combustible, restauración y rehabilitación de áreas quemadas, sobre todo en el parque Cumbres de Monterrey. De la misma manera participa en una larga lista de proyectos internacionales sobre el tema.
**Dr. Marco Aurelio González Tagle es Ingeniero Forestal con Maestría en Ciencias Forestales por la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León desde 1995 y 1998, respectivamente; realizó su Doctorado en Ciencias Forestales por parte de la Georg-August Universität Göttingen, Alemania, en 2005.