Por Pedro García
Promisorio, a la luz de sus intenciones, el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto con motivo de su primer informe de gobierno, en donde sin embargo el jefe del Ejecutivo asume un desafío muy grande para el resto del sexenio con el rigor de que su programa tendrá que surtir los efectos que ha prometido: prosperidad para todos los mexicanos, tal cual está planteada, principalmente, la reforma energética, eje de su plan de transformación del país.
Otras reformas son subordinaciones del programa de gobierno que, insisto, está sujeto a los frutos que arrojen las concesiones petroleras y a las que le apuestan (cómo no) los empresarios mexicanos y los tiburones del extranjero.
Es tal la importancia de la explotación de los energéticos, que ese es el propósito subyacente de la guerra –una más- que emprenderá el Premio Nobel de la Paz -por demás hipócrita- Barack Obama, ni más ni menos que el presidente de los Estados Unidos de América.
El presidente Peña Nieto convocó a los sectores sociales a respaldar al Congreso de la Unión que iniciará proceso de legislación de la reforma energética luego de las circunstancias en que se ha visto la Cámara de Diputados con respecto a la reforma educativa por la cual un sector del magisterio optó por una oposición formidable con toma de calles, avenidas, plazas y amagos contra las instituciones.
Peña Nieto dijo que el resto del año será una etapa crucial para el país que necesita de todas las reformas planteadas por su gobierno bajo el sello de la Transformación Nacional.
Más allá de la aprobación de la reforma energética, misma que, se anticipa, será resuelta a favor de la iniciativa presidencial, se antoja muy difícil que la participación empresarial en la explotación del crudo y el fluido eléctrico se traduzcan en prosperidad de los mexicanos. Se advierte complicado que, por ejemplo, al término del sexenio de Peña Nieto el país se haya convertido en un país donde mane leche y miel.
Yo, por mi parte, anhelo que ello ocurra, pero a la luz de los antecedentes reformadores que han sido impuestos desde el gobierno en los últimos 25 años lo veo lejano.
En todo caso, he visto la profundización de la riqueza en las corporaciones de siempre, pero no abajo ya que desde el salinismo a la fecha la educación de calidad no se ha conseguido.
Véase que, apenas, Peña Nieto va a entregar 250 mil computadores lap top a escolares de quinto y sexto grado. Y véase también que el secretario de educación Chuayffet empezó mal ese proceso. O sea, no tenemos para cuando, en tratándose de gobiernos ineficientes.
Yo por mí, aplaudo todo lo que se quiera los propósitos del gobierno federal, pero también quiero ver los resultados para entonces sí, aplaudir a rabiar una Presidencia que pudiera ser histórica. Pero sólo hasta el final del proceso.
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La CNOP de Nuevo León distinguió con la presea Martínez Domínguez-Luis Farías a lo más emblemático del martinezdominguismo de ese sector con Humberto Cervantes Vega a la cabeza, un político ferviente y leal al finado ex gobernador, don Alfonso.
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En el congreso local sigue la mata dando en la cuestión de los recursos públicos, o sea, la manzana de la discordia entre los grupos legislativos PAN y PRI. Todo por la defensa de la virtud y la castidad en el uso de los dineros y manejo de la deuda, de uno y otro lado, esto a propósito de Margarita Arellanes que también tiene su historia, che.