Al distinguir la violencia política como un tipo más de agresión y vulneración de los derechos de las mujeres, que puede ser ejercida por una institución o un partido político, donde las mujeres son sometidas a una exigencia superior de esfuerzos y resultados y son recriminadas duramente, si no llegan a cumplir las expectativas, es parte de la charla que se impartió por parte de la Comisión Estatal Electoral dentro del Programa “ÚNETE para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres”, se abordo “Del morado al naranja: por un futuro esperanzador libre de violencia contra las mujeres y las niñas”
Teresa Hevia Rocha, especialista en temas de género, dijo que este tipo de violencia, se manifiesta cometiendo registros fraudulentos de candidatas que renuncian a sus puestos si son electas; con el sobrerregistro de mujeres en distritos o municipios perdedores; y con aquellas quienes si llegan al puesto, posteriormente sufren la desestimación y descalificación de sus propuestas; con el ocultamiento de información; la retención de pagos; y en casos más graves, la intimidación y las amenazas a su persona o sus familias, entre otros actos.
“En el ámbito personal también hay un costo para muchas mujeres que incursionan en política porque se ven enfrentadas a difamación, desprestigios, calumnias, crítica permanente; hay mayor exigencia que a los varones; las mujeres siempre están a prueba, siempre tienen que demostrar que son capaces del cargo que ostentan”, detalló.
Por ello, enfatizó que es necesario que este tipo de violencia quede tipificada en la ley, para que sea identificada, reconocida y sancionada, ya que integra acciones y omisiones basadas en elementos de género que menoscaban o anulan el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos políticos de las mujeres.