Gurría merece un extrañamiento político

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RB/Monterrey,N.L./Por Pedro García

Nombre, hay políticos mexicanos que después de haber contribuido a destrozar la economía de México se llaman a sorprendidos por las reacciones de las nuevas generaciones, marginadas del bienestar mínimo. Tal es el caso del exsecretario de Hacienda, José Angel Gurría ahora en su calidad de secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
Gurría, miembro del sistema político que ha empobrecido al país, apoyador de reformas fiscales recaudatorias como el aumento del IVA en alimentos y medicinas, predicador de la “modernización de la administración pública” basada en gravar aún más a los contribuyentes, acaba de voltear la tortilla de su discurso y acusa: “En México, los ricos no pagan impuestos” (diario 24 Horas. 2 de octubre/2013).
“Los ricos no pagan impuestos, como las multinacionales, ¿cómo se sorprende uno que los jóvenes no le tengan confianza al gobierno, a los ministros, a los partidos políticos, al presidente, a las multinacionales, a los bancos, a nada?”: José Angel Gurría, secretario general de la OCDE en sesión de esa organización, en Francia.
Cuando Gurría dice que las multinacionales no pagan impuestos abarca a compañías mexicanas posicionadas a nivel global cuyos presidentes de los consejos de administración han patrocinado a candidatos presidenciales marcados en la “ortodoxia política” porque los de izquierda les causan urticaria. Así que los mexicanos ya sabemos cuáles son esas multinacionales.
Es más en la reciente elección presidencial fueron cuestionadas de manera grave corporaciones empresariales y compañías de servicios financieros, señalados como los intermediarios en la “compra del voto” a favor del candidato Peña.
Cuando Gurría dice que las multinacionales no pagan impuestos le da la razón a aquel candidato presidencial que aseguraba que las grandes corporaciones no pagaban al fisco y que era la masa de trabajadores la que sostenía la Hacienda nacional; y recuérdese que, entonces, las cúpulas empresariales como el Consejo Coordinador Empresarial, la Coparmex y otras, se inflamaron de indignación y se le echaron de montón al candidato tabasqueño, tomaron partido con Peña Nieto y hasta metieron spots contra López Obrador en plena campaña.
Es claro que la actitud y las palabras de José Angel Gurría son de oportunismo político en apoyo del presidente Enrique Peña Nieto al que se le escurren entre las manos las reformas fiscales debido al contrataque del Sector Privado mexicano de franco rechazo a la Iniciativa Fiscal.
Las cúpulas empresariales tienen contra la pared a Peña Nieto y amagan con suspender las inversiones y hasta de sacar sus capitales para radicarlos en el extranjero, lo cual por cierto han estado haciendo durante todo el año, así está documentado.
Sin embargo, el pretendido apoyo de Gurría a Peña, así sea llevándose al baile a las corporaciones es inocuo porque el arrogante sector privado es poderoso y se cobra los atrevimientos, como el del titular de la OCDE cuya revelación constituye una falta de vergüenza porque significa que cuando fue secretario de Hacienda no llamó a cuentas a las multinacionales, por lo que debiera renunciar a la OCDE e irse al retiro, aunque debiera ser objeto –por lo menos- de un extrañamiento político en la Cámara de Diputados. Porque, a confesión de parte, relevo de pruebas.

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