La Sala Superior del TEPJF fue sede del segundo Tribunal Electoral Infantil (TEI), integrado por niñas y niños de todo el país, que cursan el quinto y el sexto año de educación primaria.
Como parte de los festejos del Día del Niño y la Niña, la sesión de inicio estuvo encabezada por el magistrado presidente del TEPJF, Felipe Fuentes Barrera, la magistrada Mónica Soto y el magistrado Indalfer Infante, así como la secretaria general de Acuerdos del Pleno, Berenice García Huante. También acudieron magistradas y magistrados de Salas Regionales y de tribunales electorales locales.
En total, participaron mil 17 niñas y niños en todo el país, y a través de concursos regionales se definieron los 12 finalistas: de la primera circunscripción Guadalajara, Katherine Sayetzi Villarreal García, de Jalisco y Juan Carlos Ruiz Gastelum, de Sinaloa; de la segunda circunscripción Monterrey, Fátima Garza Palacios, de Tamaulipas y Luis Felipe Jiménez Ramírez, de Guanajuato. De la tercera circunscripción, Xalapa, Nataly Alejandra Mesinas Pérez, de Oaxaca y Carlos Eduardo Hoyos Hoyos, de Veracruz; de la cuarta circunscripción, Ciudad de México, Arantza Martínez Sandoval, de Guerrero y Marco Antonio Galicia Cocoletzi, de Tlaxcala.
De la quinta circunscripción, Toluca, Miah Shalom Clemente Morales, de Michoacán y Diego Emmanuel Cleto Trejo, del Estado de México y de la Sala Especializada, Yazmín Gutiérrez Castro, de Tlaxcala y Orlando Gallardo Hernández, de Guerrero, quienes estuvieron acompañados de la mascota del TEPJF, el águila Coconi, que quiere decir niña-niño, en náhuatl.
El magistrado presidente Felipe Fuentes Barrera destacó la importancia de la segunda edición del Tribunal Electoral Infantil, y consideró que la voz de las niñas y los niños debe ser escuchada y tomada en cuenta en los asuntos que más les interesa.
“Es necesario que se informen, que pregunten, que reflexionen y que platiquen con sus maestros, con sus amigos, con sus familiares para ir formando un juicio propio que el día de mañana les sirva para tomar ya decisiones como adultos”.
El presidente Fuentes Barrera consideró que es positivo que las niñas y los niños se desarrollen en democracia.
La magistrada Mónica Soto reconoció el esfuerzo a nivel nacional para llevar este ejercicio a buen puerto. Subrayó que con el TEI se contribuye a fortalecer la cultura de la legalidad y en esta segunda edición se cumple uno de los ejes de trabajo de la gestión de Felipe Fuentes, que es acercarse a la sociedad.
“Este es un proyecto de vida democrática que pretende fomentar y fortalecer la cultura de la legalidad, que es el aprecio a la justicia y el aprecio a una sociedad democrática, Y consideramos que debe fomentarse desde la niñez”, dijo.
Soto afirmó que la ciudadanía se aprende y se ejerce desde que se es niña y niño, pues empiezan a tener una reflexión sobre su “yo social”.
El magistrado Indalfer Infante reconoció la importancia de este evento y felicitó a los finalistas. Consideró que de los trabajos del tribunal infantil saldrán excelentes ideas.
“Pero lo importante también de esto, es que ustedes vean cómo se resuelve, que esto es una forma de resolver con total transparencia, que los jueces aquí con total autonomía, con total independencia, deciden, una vez analizando cada caso concreto, pero lo hacen de cara a la sociedad”, dijo el magistrado.
En los trabajos del pleno del Tribunal Electoral Infantil, que tuvo como tema central los derechos de las niñas y los niños migrantes, la magistrada presidenta infantil Miah Shalom Clemente Morales dio inicio a la sesión. Yazmín Gutiérrez, secretaria general de Acuerdos, dio lectura a la agenda del día, conformada por dos asuntos, que fueron tomados de casos reales pero con variaciones en los nombres, y situación geográfica.
Las magistradas y magistrados infantiles aprobaron un acuerdo para otorgar una visa juvenil por 30 días al niño Diego, de cuatro años de edad a quien su padre abandonó, con el fin de que pueda viajar a Nueva York, y se reencuentre con su madre.
También aprobaron un acuerdo para que las escuelas cuenten con un modelo inclusivo que permita que los migrantes puedan desarrollarse al igual que sus compañeros que viven en su lugar de origen.