Por El Edil
No es poca cosa para un político recibir el abucheo de casi 25 mil personas. De ese tamaño fue el rechazo de la multitud congregada en el estadio de béisbol Monterrey hacia la alcaldesa, la panista, Margarita Arellanes.
Presentarse en el juego de pelota Sultanes contra Tigres de Quintana Roo fue un enorme error de cálculo político de parte de la funcionaria panista. Fue el suyo un yerro elemental, que le hizo aflorar su novatez.
No es lo mismo arrancar sonrisas a candorosos escolares con la entrega de mochilas y útiles que pretender caer bien a los adultos con capacidad de discernimiento para aprobar o descalificar actos con una intencionalidad, en este caso electorera.
La señora Arellanes debe saber que, por lo general, los políticos o gobernantes reciben abucheos en estadios o arenas deportivas. Resulta lógico que miles de espectadores manifiesten su repudio a los políticos que son presentados públicamente en un espectáculo, pues lo último que la gente quiere ver en sus ratos de esparcimiento es a un político pavoneándose como la estrella del momento.
Es decir, la gente se “expresó” contra Margarita Arellanes porque la sintió como una intrusa puesto que los espectadores, en todo caso, estarían dispuestos a aceptar una presencia agradable, no la figura de una política y menos tratándose de alguien metida en conflictos, porque de problemas el pueblo ya está hasta la coronilla.
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Otra de panistas. El alcalde de Pesquería, José Gloria quien se cambió al partido azul según porque el PRI nomás no le daba la candidatura a presidente municipal, ya está dando malas notas. La primera es que cambió de chaqueta partidista no obstante la trayectoria que logró en el gobierno tricolor en distintos cargos desde los años ochenta.
En particular, el ahora alcalde de Pesquería, José Gloria con una predeterminada ambición buscó colarse, y lo logró, en la coordinación de la reconstrucción de infraestructura dañada, por el paso en Nuevo León, del huracán Gilberto y de ahí pa´l real, el hombre comenzó a despegar económicamente.
El caso es que como militante del PRI, José Gloria logró prosperidad con el desempeño de distintos cargos en el gobierno estatal donde consiguió meterse en proyectos grandes. También operó en campañas electorales por lo cual recibió “premios” políticos.
Gloria se sintió suficiente e intentó que los priistas lo designaran candidato a la alcaldía de Pesquería, lo cual buscó hasta en tres ocasiones. Y si bien disimula la conducta de un hombre sencillo y que quiere ayudar al pueblo, hay priistas que opinan lo contrario.
Se asegura que José Gloria finalmente llegó a su meta de alcalde apoyado por el PAN pero, para su desgracia, él no gobierna sino un grupo de panistas que lo manipulan para sacar raja para fortalecer al partido albiazul.
De hecho hay mucha gente dolida con Gloria porque no le cumplió la promesa de integrarlos a su administración y, en cambio, contrató a gente que ni siquiera reside en Pesquería.
Por separado, el alcalde Gloria es omiso en el respeto a las leyes ya que está facilitando las apuestas y la organización de carreras de caballos, actividades propiciatorias de conflictos, además de que ya hacen mucho ruido algunas triquiñuelas en la realización de obras públicas, de suerte que no atiende lo básico que es la satisfacción de los servicios que requiere la mayoría empobrecida de la población.
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Y en Santa Catarina aplica bien el dicho de que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, pues el actual Edil, Víctor Pérez le ha enderezado un proceso administrativo de aquellos a su antecesor Gabriel Navarro quien le dejó un tiradero financiero y unas trácalas de miedo que no permiten a Víctor desplegar un gobierno eficiente en beneficio de los ciudadanos.
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Según se ve, el único de los panistas que la lleva bien y muy bien es el Edil de San Nicolás, Pedro Salgado quien tiene buenas calificaciones crediticias.