Por Pedro García
El IFE, organismo surgido en relevo de la secretaría de Gobernación como rector de las elecciones en México está desprestigiado por su errático arbitraje en las últimas dos elecciones presidenciales, pero todavía más por el manoseo grosero que de esa instancia han hecho los partidos en donde los consejeros son dóciles a lo que ocurre con la institución porque no pueden reprochar nada a quienes los han colocado en el cargo: los partidos. Luego entonces, el IFE que nació como un ente ciudadanizado, no guarda ningún parecido a ese carácter.
Por ello, mueve a risa lo declarado por el presidente de la Junta de Coordinación Política de la cámara de Diputados, Silvano Aureoles, quien convocó a las fuerzas políticas (o sea los partidos) a integrar un IFE con amplio carácter ciudadano y alto sentido de responsabilidad en la consolidación democrática de México.
También da la idea -sólo la idea- de que algo pretenden hacer los partidos para quitarle el sesgo que ellos mismos le han impuesto: es decir, el partidarismo en la selección de los consejeros electorales.
La afirmación del perredista Aureoles es de un bajo calibre, puesto que nadie se toma en serio lo dicho por el diputado, y menos a la luz de la realidad, que indica que el IFE es todo, menos un organismo ciudadanizado, como no sea porque sus consejeros, todos, son mayores de edad y con credencial del IFE.
También, el IFE carece de autonomía porque los consejeros surgen de una puja entre los partidos, que forman barreras inexpugnables para el ingreso de ciudadanos genuinos al cargo de consejero, personas apartidistas y neutrales, como demanda una institución calificadora de elecciones. Hasta aquí.
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Pues dicen los panistas de Guadalupe que “juntos todo es posible”. Sobre esa tesis, el dirigente del PAN guadalupense, Rodolfo Moreno ha creado un redil en consenso con todos los azules que aspiran a sacrificarse para enmendar el retroceso que –asegura Moreno- los alcaldes del PRI han causado en el municipio-dormitorio, incluido César Garza Villarreal aunque éste dice que allá en su solar está todo tan armónico que hasta dan ganas de hacerse vecino del prominente alcalde.
En la rueda de prensa, un colega medio destanteó a Moreno al preguntarle que entre los suspirantes faltaba uno: Fernando Elizondo; el líder panista respondió que ahí estaban todos…los que han dicho que quieren. Sin embargo afirmó que la convocatoria está abierta para el que quiera apuntarse.
Fue puntual Moreno al señalar que el Pacto “Juntos todo es posible” lo suscriben los pre-precandidatos, y se ha creado para organizar la contienda interna en orden, que nadie intente hacer el desorden o la división, defectito en el que –quien lo hubiera pensado-, han caído y vuelto a caer los panistas y que se tradujo en derrota tras derrota. Bueno, hasta César Garza que ni siquiera vivía en Guadalupe, les ganó.
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Por cierto, me comentan que al margen del pacto “Juntos todo es posible”, hay grupos no panistas que van a participar activamente, o sea, un “caballo de troya” para impulsar a…a…a…
Y que algunos de los aspirantes han querido llamar la atención viéndose “muy” críticos hacia el alcalde César Garza pero tampoco le quieren levantar tanta polvareda, precisamente porque los grupos no panistas que buscarán impulsarlo quieren que la simulación también vaya en orden. Sabrá Dios.
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Nadie quiere quedar en mal con los votantes y prefieren pasar por “boba” el cobro de impuestos. El problema es que luego a los contribuyentes les va a ir peor cuando llegue otro gobernante y haga la actualización, es decir, un aumento a lo bestia, dizque por la cuestión de las actualizaciones. O sea, que en el caso de los alcaldes, éstos están dejando la carga al que viene: “el de atrás paga”.
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El problema de los aumentos en los impuestos va más por la irritación popular debido a que los gobernantes usan de manera indebida los dineros que recaudan: desvíos (peculado), subejercicios presupuestales, “guardaditos”, preferencias en el reparto de los recursos, etcétera.
Por otro lado, es inaceptable que los incrementos en impuestos o derechos sean superiores al índice inflacionario que actualmente es de 2 ó 3 por ciento anual, véase que ha habido pretensiones de aumentar las tributaciones en tres o más tantos la inflación, mientras que los jefes de familia reciben solamente el diferencial del índice de precios que, hablando del salario mínimo será, para el 2014 cuando mucho dos pesos diarios.