Por Pedro García
PEMEX líder, a pesar de todo
PEMEX, el monopolio señalado de improductivo, deficiente, tecnológicamente atrasado, mal administrado, derrochador de recursos, con cargas de pasivos, endeudado, y otras hierbas, invirtió el año pasado más (23 mil 900 millones de dólares) que las principales corporaciones privadas mexicanas con alta gerencia de empresas, asociadas con extranjeras, con actividades diversificadas, tecnificadas de primer mundo y con presencia multinacional como América Móvil (Slim), Femsa (familia Garza), Alfa (también Garza), Cemex (Zambrano y cía.), Liverpool, Mexichem, entre otras, con inversiones de apenas 19 mil 162 millones, publicó el diario La Jornada el lunes con datos de la Bolsa Mexicana de Valores.
Se cita además que la ahora despreciada paraestatal registró ingresos superiores a los obtenidos por América Móvil, WalMart, Femsa, Alfa y Cemex, empresas privadas que se ubican entre las cinco más importantes del índice de precios y cotizaciones de la Bolsa, que obtuvieron 139 mil 122 millones de dólares, contra 143 mil 44 millones, los mayores de la historia de la compañía petrolera nacional.
Y como si algo faltara para enfatizar la importancia de PEMEX, se asienta que generó un flujo de efectivo de 63 por ciento superior al total de las empresas inscritas en el sector bursátil, lo que demuestra su alta rentabilidad.
Por ejemplo (se publicó) en 2012 el indicador financiero conocido como Ebitda, que representa el flujo de efectivo antes de intereses, impuestos, cargos diferidos y amortizaciones, en Pemex fue de 88 mil 196 millones de dólares contra los 54 mil 162 millones obtenidos en conjunto por América Móvil, Banorte, Walmart de México, Femsa, Grupo Modelo, Cemex, Kof, Televisa, Peñoles, Alfa y otras.
Hasta ahí el despacho de prensa que ilustra la importancia de la industria petrolera que el gobierno mexicano, con la casi inminente aprobación de una mayoría del Congreso, se dirige a compartir con extranjeros.
Por supuesto que no hablo de PEMEX sino de los recursos energéticos que la petrolera mexicana va a dejar de producir o que reducirá su actividad en la explotación de crudo, en una época como la actual donde la propiedad de ese recurso es un tesoro para cualquier país, en tiempos de colapso de los mercados de consumo, en promedio.
En fin, todo sea en pro de un discurso tecnocrático entreguista y a pretexto de una modernización que no se ha traducido en crecimiento económico desde su instauración con Salinas de Gortari, ni en salarios remunerados ni bienestar social, al contrario, y ahí están las estadísticas.
Ahora sucede que para finalmente provocar el crecimiento económico (PIB) es ineludible compartir la explotación petrolera, cuando en los últimos 30 años de política privatizadora no se ha conseguido pese a las promesas de gobierno, de entonces a la fecha.
Después del petróleo ya nada tendremos para compartir, concesionar o privatizar. En tanto, el campo profundiza su incapacidad para producir alimentos por el abandono oficial; la educación sigue naufragando y la ciencia y la tecnología apenas subsisten, así como la cultura y las artes.
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En el Congreso de Nuevo León, la asamblea aprobó, por mayoría, que no se cobre a los automovilistas el cambio de placas programado por el gobernador Rodrigo Medina luego de intenso debate, especialmente entre panistas, apoyadores del NO AL REPLAQUEO, y priistas, a favor de su recaudación.
En el sentido objetivo, la propuesta de los diputados del PAN fue aprobada. En el lado subjetivo hubo apreciaciones por parte de legisladores del PRI en el sentido de que la insistencia de los celestes de que no se cobre el citado derecho va a causar un tremendo efecto en las finanzas de los gobiernos municipales, como en Monterrey donde la alcaldesa Margarita Arellanes va a ver mermada una relevante fuente de ingresos.
Tal advertencia señaló en su oportunidad el diputado Alberto Serna de León al sustentar, además, que el programa del replaqueo implica factores tecnológicos y de seguridad en las nuevas láminas, amén de que incluye aspectos de seguridad pública, orden, control y certeza jurídica a los tenedores de vehículos.
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Por el equipo de los panistas, el aguerrido diputado Enrique Barrios, político calado y mordaz, denunció que los ingresos del cobro de las placas podrían ser utilizados por el Tesorero Rodolfo Gómez para pagar a proveedores, pero a proveedores que son sus amigos, cuando lo adecuado en todo caso es que lo recaudado se destine a educación.
Insistió en que también el gobierno estatal destinaría el cobro por las placas a gasto corriente como pagar comidas de platillos caros que algunos funcionarios del gabinete acostumbran degustar acompañadas con vinos tintos.
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Otro reñido round protagonizaron celestes y tricolores por algunas cuentas públicas en donde una mayoría encabezada por el panismo se impuso a los priistas, aunque éstos dejaron sentenciado que van a combatir fuerte una vez que llegue el turno de revisar asuntos municipales de San Pedro, San Nicolás y Monterrey por casos claros de irregularidades graves en relación a la Ley de Desarrollo Urbano.
Es más, uno de los diputados consideró que el auditor Marenco ha actuado con omisiones a tal grado de que podría dar como resultado su eventual remoción como jefe del área técnica del Congreso del Estado. ¡Tómala!