Política y Gente

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Por Pedro García

Mal pinta el primer tercio (2013-2014) del sexenio del presidente Peña Nieto por los insuficientes ingresos fiscales, gastos extraordinarios por el azote de fenómenos naturales, desaceleración económica y una mayor salida de capitales y la renuencia de las corporaciones a pagar más impuestos.
Con un crecimiento de cuando mucho 1 por ciento, este año, y un presunto repunte en 2014 hasta el 3 por ciento, los primeros dos años del gobierno de Peña serán casi un desastre, pero nada anormal considerando que el Producto Interno Bruto de los últimos 30 años ha sido de 2 por ciento anual, en promedio.
Sin embargo, dicho comportamiento económico será contrario a las expectativas planteadas por el entonces candidato presidencial y ahora Primer Magistrado de la Nación en el sentido de que con las reformas estructurales habrá más dinamismo en la economía, más empleos y hasta bien remunerados.
Hasta ahora, ninguna reforma aprobada ha dado resultados incluida la de índole Laboral que el Congreso le aprobó a Felipe Calderón. Y no ha dado frutos positivos por la sencilla razón de que, en el terreno económico, las leyes son apenas un factor relativo porque en ese renglón lo verdaderamente determinante es el mercado, es decir, que haya demanda de bienes y servicios.
Recordemos que existe una reforma del Trabajo para incentivar a los empresarios a dar empleo a jóvenes, y yo sigo viendo a la muchachada sin un medio laboral formal, en todo caso subempleada y la gran mayoría desocupada. Esto, amén de las multitudes juveniles que permanecen sin posibilidad de ser aceptadas en las preparatorias y las universidades públicas.
Entonces, al presidente Peña no se le ha cumplido su fórmula hacendaria y opta por el déficit fiscal, es decir, tomar deuda, gobernar con desequilibrio financiero por lo cual ya empieza a ser criticado. Al Presidente no le ha quedado otra salida para satisfacer a las masas populares.
Pero ya existen comentarios de que su gobierno comienza a parecerse a los sexenios populistas, a gobiernos endeudados y despilfarradores. Circunstancias que afectan al mandatario. Véase su reacción discursiva reciente cuando tocó el tema de la inseguridad donde se le escuchó desafiante.
Nosotros creemos que el presidente Peña debe fajarse y cobrar impuestos a los evasores entre los cuales se ha señalado de manera reiterada a los grandes grupos económicos, aunque el director de la Caintra, Guillermo Dilon diga que eso es una “leyenda urbana”.
El Presidente debe cerrar todo resquicio contable a los evasores y combatir las artimañas de los fiscalistas privados y someter a las corporaciones al pago de las contribuciones. De otra manera, el Presidente va a experimentar un sexenio peligroso, socialmente (más) convulsivo.
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Ayer volvieron a agarrarse del chongo las diputaciones en el Congreso de Nuevo León por la ausencia del gobernador Rodrigo Medina a quien ubicaron en Boston, capital mundial a donde han ido a parar algunos políticos de corte presidencial con el fin de tomarse un año sabático.
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Otro tema recurrente en la Legislatura es el de la inseguridad donde panistas y priistas defienden sus respectivas parcelas partidistas y no hay quien los saque de sus trincheras. Así se la van a llevar todo lo que resta del año y continuarán en el 2014, antesala de las elecciones para cambio de gobernador.

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