Por Pedro García
Por sobre los cuestionamientos recibidos por la oposición, el gobernador Rodrigo Medina libró la aduana del Congreso local de cuyo recinto salió sobre “puente de plata” ya que el coordinador panista –duro como es- Alfredo Rodríguez, quien luego de echársele encima con una sarta de reproches ofreció al mandatario la colaboración de los azules para ayudarle a corregir el rumbo: “cuente con nosotros si el objetivo es ayudar a que realmente le vaya bien a Nuevo León y no sólo a unos cuantos”.
“Nosotros estamos listos para redoblar el paso y construir puentes. Pero usted tiene la última palabra”, dijo en su rúbrica el coordinador de la diputación panista, Alfredo Rodríguez.
A diferencia de otros informes, en el de ayer no hubo pancartas contra el gobernador sólo posiciones críticas aunque mediante conceptos verdaderamente ásperos como “nos sentimos traicionados”, “desconfianza”, “simulación”.
Con todo, creemos que, en el promedio, el mandatario escuchó lo que todos sabíamos: señalamientos a la inseguridad y el endeudamiento y desatención social. Eso, a cualquier gobernante le llueve, por parte de la oposición.
El panismo le ha tundido diario al gobernador Rodrigo Medina, por eso señalamos que lo de ayer correspondió a un script sobreentendido y más para quienes juegan del lado de la oposición, que tal es su papel.
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Mientras tanto, por el lado del ayuntamiento de Monterrey, la alcaldesa Margarita Arellanes dio de baja a la coordinadora jurídica de la secretaría del Ayuntamiento, Jeanette Fernández Anaya y que le reportaba a Sandra Pámanes y que fue señalada como parte de la estructura accionaria de una empresa proveedora de combustibles del municipio.
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Ese tema, por cierto, había sido defendido por el panismo en el Congreso local en el sentido de que Jeanette Fernández Anaya poseía apenas el 1 por ciento de las acciones de la empresa de combustibles y que no tuvo injerencia en la asignación del contrato de proveeduría al municipio. Pues ya se cayó.
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Por sobre cualquier apreciación, la alcaldesa Arellanes optó por el cese de Fernández Anaya pues la ristra de críticas a su administración se extendía y ha preferido cortar para evitarse más golpes políticos dentro y fuera del panismo, porque aunque el diputado Enrique Barrios dice que va fuerte rumbo a la candidatura es factible que, llegado el tiempo, habrá otros aspirantes.
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Pues a saber por el promedio de las opiniones sobre la reforma fiscal, resulta que ningún sector quiere pagar más impuestos. A como se ve el ambiente, la reforma quedará cortísima lo mismo que el margen de maniobra del gobierno en cuanto al gasto de inversión. Ante ello, hay que advertir a los sectores renuentes que luego no anden presionando a Peña Nieto por más inversiones para el crecimiento. Pos con qué ojos Petra…